¿Qué es el suicidio?


El suicidio es una de las principales preocupaciones de la salud pública. Si bien el suicidio es complicado y trágico, a menudo se puede prevenir. Saber las señales de advertencia del suicidio y la manera de obtener ayuda puede salvar vidas.

El suicidio ocurre cuando las personas se hacen daño a sí mismas con la intención de terminar con su vida y, como resultado, fallecen.

Un intento de suicidio es cuando las personas se lastiman con la intención de terminar con su vida, pero no mueren.

Evite el uso de términos como “cometer suicidio”, “suicidio exitoso” o “suicidio fallido” cuando se refiera al suicidio y los intentos de suicidio, ya que a menudo estos términos tienen connotaciones negativas.

 

¿Cuáles son los signos de advertencia del suicidio?

Los signos de advertencia de que alguien puede estar en riesgo inmediato de intentar suicidarse incluyen:

  • Hablar de querer morir o desear matarse.
  • Hablar de sentirse vacío o desesperado, o de no tener motivos para vivir.
  • Hablar de sentirse atrapado o pensar que no hay ninguna solución.
  • Sentir un dolor físico o emocional insoportable.
  • Hablar de ser una carga para los demás.
  • Alejarse y amigos.
  • Regalar posesiones importantes.
  • Decir adiós a amigos y familiares.
  • Poner sus asuntos en orden, como hacer un testamento.
  • Asumir grandes riesgos que podrían resultar en la muerte, como conducir extremadamente rápido.
  • Hablar o pensar en la muerte con frecuencia.

 

Otros signos de advertencia graves de que alguien puede estar en riesgo de intentar suicidarse incluyen:

  • Mostrar cambios extremos en el estado de ánimo, pasando repentinamente de estar muy triste a sentirse muy tranquilo o feliz.
  • Hacer planes o buscar formas de suicidarse, como buscar métodos letales en línea, acumular pastillas o comprar un arma.
  • Hablar de sentirse muy culpable o avergonzado.
  • Consumir alcohol o drogas con más frecuencia.
  • Mostrarse ansioso o agitado.
  • Cambiar los hábitos alimenticios o de sueño.
  • Mostrar furia o hablar de buscar venganza.

El suicidio no es una respuesta usual al estrés. Los pensamientos o las acciones suicidas son un signo de angustia extrema y no se deben ignorar. Si usted o alguien que conoce presenta estos signos de advertencia, busque ayuda lo antes posible, especialmente si el comportamiento es nuevo o ha aumentado recientemente.

Los siguientes son 5 pasos que usted puede tomar para ayudar a una persona que tiene pensamientos suicidas.

¿Cuáles son los factores de riesgo de suicidio?

Las personas de todos los géneros, edades y etnicidades pueden estar en riesgo. El comportamiento suicida es complejo y no hay solo una causa que lo origina. Los principales factores de riesgo son:

  • Depresión u otros trastornos mentales o de consumo de sustancias;
  • Dolor crónico;
  • Historial personal de intentos de suicidio anteriores;
  • Antecedentes familiares de trastornos mentales o de consumo de sustancias;
  • Antecedentes familiares de suicidio;
  • Exposición a violencia familiar, incluido el maltrato físico o abuso sexual;
  • Presencia de pistolas u otras armas de fuego en el hogar;
  • Libertad reciente de un reclusorio o una cárcel;
  • Exposición, ya sea directa o indirectamente, a comportamientos suicidas de otros, como de sus familiares o compañeros, o de alguna celebridad.

Para personas con pensamientos suicidas, la exposición, ya sea directa o indirecta, a comportamientos suicidas de otros, como sus familiares o compañeros, o de alguna celebridad, también puede aumentar el riesgo.

La mayoría de las personas que tienen factores de riesgo de suicidio no intentarán suicidarse, pero es difícil saber quién actuará sobre sus pensamientos suicidas. Aunque es importante tener en cuenta los factores de riesgo de suicidio, una persona que activamente muestra signos de advertencia de querer quitarse la vida puede tener un mayor riesgo de correr peligro y necesitar atención inmediata.

Los eventos estresantes de la vida (como la pérdida de un ser querido, problemas legales o dificultades financieras) y los factores estresantes interpersonales (como vergüenza, acoso, intimidación, discriminación o problemas en las relaciones) pueden contribuir a la posibilidad de suicidarse, especialmente si ocurren conjuntamente con factores de riesgo de suicidio.

A menudo, los familiares y amigos son los primeros en reconocer los signos de advertencia sobre el suicidio y ellos pueden dar el primer paso para ayudar a un ser querido encontrar tratamiento de salud mental.


¿Qué tratamientos y terapias existen para las personas que corren riesgo de suicidarse?

Existen intervenciones eficaces basadas en evidencia para ayudar a las personas que están en riesgo de suicidio.

Intervenciones breves

  • Planificación de seguridad: Se ha demostrado que una planificación personalizada de seguridad ayuda a reducir los pensamientos y las acciones suicidas. Los pacientes trabajan con un proveedor de cuidados de la salud para elaborar un plan que describe formas de limitar acceso a medios letales como armas de fuego, pastillas o venenos. El plan también enumera varias estrategias de afrontamiento, así como personas o recursos que pueden ayudar en una crisis.

  • Llamadas de seguimiento: Hay investigaciones que han demostrado que cuando los pacientes en riesgo reciben llamadas telefónicas de apoyo que incluyen un monitoreo del riesgo y se les anima a participar en tratamientos y comportamientos seguros, así como a buscar ayuda, su riesgo de suicidio disminuye.

Psicoterapias

Se ha descubierto que los tipos de intervenciones psicosociales, descritos a continuación, ayudan a las personas que han intentado suicidarse y pueden evitar que hagan otro intento de suicidarse.

  • Terapia cognitivo conductual puede ayudar a las personas a aprender nuevas formas de sobrellevar experiencias estresantes. Este tipo de terapia ayuda a las personas a reconocer sus patrones de pensamiento y a contemplar acciones alternativas cuando surgen pensamientos sobre el suicidio.

  • Terapia dialéctica conductual ha demostrado que reduce conductas suicidas en los adolescentes. También ha quedado comprobado que este tipo de terapia reduce la tasa de intentos de suicidio en adultos con trastorno límite de la personalidad, una enfermedad mental caracterizada por un patrón continuo de estados de ánimo, autoimagen y conductas inestables que a menudo dan origen a acciones impulsivas y a problemas en las relaciones. Un terapeuta capacitado en este tipo de terapia puede ayudar a la persona a reconocer cuando sus sentimientos o acciones son perturbadores o poco saludables, y le enseña destrezas que pueden ayudarles a sobrellevar de mejor manera las situaciones desagradables.



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